Existen muchos mitos sobre los famosos “cara de niño” (Stenopelmatus fuscus), pero la mayoría son falsos. Son impresionantes insectos de color negro con bandas naranjas, cabeza roja y patas largas anaranjadas. Se dice que son agresivos y que su picadura es mortal, pero esto no es cierto ya que no tienen ningún tipo de veneno o aguijón. Los únicos daños que pueden causar son infecciones secundarias provocadas por su mordedura. No se consideran como plagas y no aparecen muchos juntos. Se alimentan de plantas vivas y muertas así como de raíces, como la mayoría de los grillos. También como los grillos, producen ruidos, pero a diferencia de éstos sus largas patas traseras no están adaptadas para dar saltos. Pasan la mayor parte de su vida bajo la tierra húmeda y preparan su hábitat para el invierno y la primavera. Salen a buscar pareja por las noches y es común descubrirlos en fuentes de agua, ahogados. Son parasitados por un gusano llamado “gusano pelo de caballo” que crece dentro de su intestino. Aunque sean desagradables, cuando veas estos insectos no los mates, son inofensivos.